Corresponsales de Paz analiza la libertad de prensa en el mundo y apuesta por la «búsqueda incesante de la verdad en favor del bien común»

MADRID, 04 (SERVIMEDIA)

La red de Corresponsales de Paz, perteneciente a la Facultad de Comunicación de la Universidad Francisco de Vitoria, ha realizado un análisis sobre la libertad de prensa en el mundo a partir de los datos oficiales de Reporteros Sin Fronteras y del testimonio de periodistas profesionales que desafían la censura e incluso la violencia en países como Venezuela, México, España, Burkina Faso, Senegal, Noruega, países del Golfo Pérsico y China.

En un reportaje especial titulado ‘Libertad de prensa en el mundo: ¿realidad o ficción?’, recuerda que el artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos establece que «todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión».

Sin embargo, Reporteros Sin Fronteras mide cada año esa libertad de prensa y elabora un mapamundi sobre su cumplimiento en diferentes zonas del planeta, en algunas de las cuales cuesta la vida a decenas de periodistas. México es una de las naciones en la que más profesionales de los medios de comunicación han sido asesinados en los últimos años y por eso ocupa el puesto 127 de 180. De hecho, en 2022 ya han muerto 11 periodistas.

La periodista y representante de Reporteros sin Fronteras (RSF) en el país, Balbina Flores, explica la «contradicción» de que exista libertad informativa por un lado pero al mismo tiempo por otro se produzca «un contexto de violencia generalizado en contra de la prensa que hace que México sea uno de los países más peligrosos para ejercer el periodismo».

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Allí no han parado de aumentar los asesinatos a periodistas desde la llegada de Andrés Manuel López Obrador al Gobierno, lo que hace que sus tres años de mandato hayan sido el periodo más violento contra los periodistas mexicanos desde que se tiene registro.

«Uno se acostumbra a este contexto, y lo más grave es que se va convirtiendo en algo normal cuando no lo es», explicó Flores a Corresponsales de Paz. «La violencia se va incorporando inconscientemente a una situación normal, y no podemos ir normalizándola de esta manera».

Otro caso similar es Venezuela, que ocupa el puesto 159 de 180 del listado de RSF. Allí predomina una «hegemonía comunicacional» que ha coartado cada vez más la libertad de los medios de comunicación. «A diferencia de las dictaduras, la dictadura del proletariado o las dictaduras de derechas, aquí lo han hecho de manera progresiva, para que se vaya consolidando la no libertad de expresión», declara el director del periódico ‘El Nacional’, Miguel Henrique Otero.

A su juicio, el «problema más grave» al que se enfrentan las democracias en América Latina y, por tanto, el periodismo es el ascenso de los populismos. «En la mayoría de los casos, es de corte izquierdoso, pero también hay de derechas, y el populismo es enemigo de la libertad de expresión. Tan sencillo como eso. Los populismos tienden a coartar la libertad de expresión y los medios se convierten en enemigos del régimen inmediatamente».

Peor aún es la situación en el Golfo Pérsico y muchos países de Asia, como relata la periodista Ángeles Espinosa, que ha trabajado en Dubai, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut para medios de comunicación españoles y sabe que la censura y las limitaciones a los periodistas son muy comunes en estos lugares porque en la mayoría no existe la libertad de prensa como tal, «quizás con la excepción de Iraq».

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Caso extremo es Afganistán, donde el regreso de los talibanes al Gobierno desde agosto del año pasado ha supuesto una vuelta a la limitación de las libertades, especialmente de las mujeres, que ahora están obligadas a taparse el rostro incluso cuando presentan programas en televisión. En Irán, «directamente, no existe libertad de prensa, todos los medios están bajo control estatal directo o indirecto», destaca la periodista. Además, en los países de la península arábiga «ni siquiera existe el periodismo, sino que existen las relaciones públicas y el marketing».

En este contexto, Corresponsales de Paz subrayó en un comunicado que «el periodismo es algo más que publicar noticias» porque «supone el firme compromiso con la búsqueda y comunicación de la verdad» y emplazó a los profesionales a «reivindicar, hoy más que nunca, su compromiso social como garantes de la democracia».

«Cesde Corresponsales de Paz defendemos que el periodismo debe aspirar a algo más. Los profesionales de la comunicación deben publicar contenidos e informaciones de calidad que no solo sean ciertas y relevantes, sino que tengan en el centro a la persona -su inalienable dignidad- y que contribuyan a defender el bien común. Proponemos una comunicación para la paz que aboga por una comunicación para la comunión que permita tender puentes de entendimiento en la búsqueda incesante de la verdad y en favor del bien común, construyendo una sociedad más libre y fuerte frente a la mentira y la propaganda ideológica. La verdad hace libre al hombre cuando se pone al servicio de principios como la caridad, la justicia, la equidad, la concordia, el entendimiento, la fraternidad y la unidad», concluyó.

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