Las corrientes oceánicas influyen en la diversidad de los manglares

MADRID, 01 (SERVIMEDIA)

La dirección e intensidad de las corrientes oceánicas determinan la diversidad de los bosques de manglares, según un estudio internacional en el que participaron investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC).

El trabajo, publicado en la revista ‘Proceedings of the National Academy of Sciences’, se basa en novedosos modelos biofísicos a escala global para estimar hasta qué punto las poblaciones de manglares están interconectadas o aisladas.

Con el fin de determinar la influencia de las corrientes oceánicas, el equipo de investigación eligió cerca de 20 especies y compararon la información de su diversidad genética en miles de poblaciones de diferentes manglares.

Los bosques de manglares se distribuyen a lo largo de las regiones costeras tropicales y subtropicales, y están amenazados por el cambio climático, la deforestación, la contaminación o la explotación turística.

Esos hábitats ofrecen beneficios ecológicos y socioeconómicos y albergan a numerosas especies, muchas de relevancia comercial. Se trata de la principal protección de la costa ante episodios climáticos extremos, como los huracanes, y actúan como sumideros de carbono.

Para desarrollar el modelo biofísico, el equipo simuló informáticamente la liberación de 21.891.914 semillas desde 11.989 puntos de origen durante un periodo de cinco años, las cuales generaron 6.106.904 eventos de conectividad y enlazaron 561.247 pares de sitios.

«Con estos modelos, forzados por las corrientes oceánicas, hemos podido identificar puntos importantes para la conectividad, de los manglares, lo que llamamos ‘stepping-stone’ o ‘piedras de paso’, y medir las distancias de propagación», explica el investigador del MNCN Miguel Bastos Araújo.

EJES DE CONECTIVIDAD

Bastos Araújo añade que «los ejes de conectividad con distancias más cortas se encuentran mayormente distribuidos a lo largo de las costas del Atlántico occidental y las regiones del Indo-Pacífico occidental, mientras que los ejes de conectividad con distancias más grandes están distribuidos en islas y regiones en alta mar que conectan poblaciones distantes (por ejemplo, entre continentes) a lo largo de la región del Indo-Pacífico occidental».

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El estudio demuestra que la conectividad oceanográfica explica la diferenciación genética de las poblaciones de manglares, independientemente de las especies o regiones consideradas, lo que permite comprobar la utilidad del modelo como herramienta para predecir las dinámicas futuras de los manglares frente a cambios climáticos y de corrientes oceánicas.

«Si queremos conservar los manglares es necesario comprender los factores que influyen en la distribución de su diversidad. Con esta investigación hemos obtenido información que muestra el papel clave que tienen las corrientes oceánicas en la diversidad genética de las poblaciones de los manglares, ya que son capaces de permitir o interrumpir el flujo genético entre poblaciones», aclara Bastos Araújo.

Este investigador apostilla: «Nuestro estudio tiene implicaciones para la conservación y el manejo de los manglares en un contexto de cambio climático, ya que los posibles cambios en la dirección e intensidad de las corrientes oceánicas podrían conducir al aislamiento de las poblaciones y evitar que intercambien genes».

«Con el tiempo, este aislamiento podría conducir a una disminución de la diversidad genética de las poblaciones, aumentando el riesgo de que se extingan, lo que tiene implicaciones directas para las comunidades de los países tropicales que dependen directamente de los bosques de manglares», subraya.