Fiapas recuerda que el acceso a la publicidad audiovisual «también es un derecho»

MADRID, 15 (SERVIMEDIA)

La Confederación Española de Familias de Personas Sordas (Fiapas) recordó este miércoles que, para evitar la exclusión y la discriminación de las personas con sordera, es «imprescindible» no solo que los productos y servicios puestos a disposición de los consumidores sean «practicables y utilizables por todas las personas en condiciones de seguridad y comodidad y de la forma más autónoma y natural posible», sino también que la información publicitaria llegue al consumidor a través de formatos y canales «accesibles».

Así lo precisó en un comunicado emitido coincidiendo con la conmemoración del Día Mundial de los Derechos del Consumidor y en el que defendió que las personas sordas, como «potenciales consumidoras» tienen derecho a «formarse una opinión, a tener criterio y a tomar sus propias decisiones de consumo».

Por ello, apeló a la «toma de conciencia» de empresas, anunciantes y agencias de publicidad para que los contenidos publicitarios en soporte audiovisual sean «accesibles» para las personas con sordera, incorporando el subtitulado, desde el origen, en la publicidad audiovisual y manteniéndose en todos los soportes, incluyendo televisión convencional y otros formatos publicitarios audiovisuales.

A su juicio, el subtitulado contribuye a «potenciar el alcance y la eficacia» de los mensajes de las campañas publicitarias y de los anuncios en soporte audiovisual, por lo que, según su punto de vista, «se rentabiliza de manera inmediata».

«Hay que tener en cuenta que el subtitulado no solo facilita a las personas con sordera y con problemas de audición el acceso a la información que el anunciante de un producto quiere hacer llegar a su potencial consumidor y por extensión a sus familias que se sienten concernidas por quien muestra una preocupación por las personas sordas, sino que también se percibe como un reflejo de la responsabilidad social de la empresa fabricante o distribuidora», sentenció.

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Al mismo tiempo, urgió a tener en cuenta que el subtitulado es, además, utilizado por las personas oyentes cuando tienen que acceder a la información hablada en espacios públicos «contaminados» por el ruido o cuando «no conocen a fondo el idioma», por lo que, según su criterio, «su impacto en la comunicación se universaliza».

«Por tanto, gracias a los subtítulos la publicidad llega a más consumidores potenciales, posibilita el acceso a los contenidos publicitarios a las personas con sordera y contribuye a garantizar sus derechos como consumidores», resolvió.

En España hay 1.230.000 personas con una discapacidad auditiva de distinto tipo y grado. De ellas, más del 97% utiliza la lengua oral para comunicarse y, según el INE, 27.300 personas son las que emplean la lengua de signos.

Asimismo, según la Sociedad Española de Otorrinolaringología, cinco de cada mil recién nacidos presentan una sordera de distinto grado, lo que en España supone con la actual tasa de natalidad que, cada año, hay en torno a 1.890 nuevas familias con un hijo con sordera y el 80% de las sorderas infantiles permanentes están presentes en el momento de nacer.

Por su parte, según la OMS, el 50% de adolescentes y jóvenes de entre 12 y 35 años en los países más desarrollados están en riesgo de presentar una pérdida de audición por su sobrexposición al ruido en contextos recreativos y en 2050, casi 2.500 millones de personas vivirán con algún grado de pérdida auditiva.