Ya han pasado unos días prudenciales para saber cuáles pueden ser las consecuencias de la votación británica en la que los ciudadanos decidieron, por una diferencia no muy elevada, salir de la Unión Europea.

Pasada la primera tormenta, es hora de hacer balance de la situación que viene viviendo durante los últimos días Gran Bretaña.

Para comenzar, el problema principal viene de la mano de la temida incertidumbre. Al no existir una hoja de ruta definitiva de cuándo comenzará la desconexión y en qué términos, los mercados y empresas están penalizando el resultado ante el miedo a la salida del espacio común.

Aerolíneas como Easyjet o Ryanair han anunciado su salida de los hubs principales que tenían en Londres en vista de lo que podría venir una vez fuera de la UE. Otra de las grandes perjudicadas es IAG que ha visto cómo su valor ha bajado hasta un 40% en los parqués.

Pero no es el único lugar donde se ven los cambios. Muchos de los gigantes de la City están trasladando sus operaciones a Dublín, para no salir de las islas británicas, pero aprovecharse del pasaporte comunitario que esta ciudad ofrece a los negocios, al menos, durante el periodo de transición que se espera. Firmas como Morgan Stanley, Citi o incluso Goldman Sachs ya han pasado parte de sus carteras a la capital irlandesa.

No dejan de ser también medidas de presión al gobierno para no hacer efectiva la ruptura con la Europa Continental, ya que a las pocas horas de conocer resultados, comenzaron a alzar la voz los que quieren seguir en la UE a través de manifestaciones e incluso una recogida de firmas que lleva millones de nombres a sus espaldas para tratar de frenar las consecuencias que tendría el Brexit para Gran Bretaña.

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Pero no sólo las consecuencias vienen del lado británico, la salida de las islas de Europa también podría suponer hasta 40.000 millones de pérdida de beneficios para las cuentas europeas, reduciéndose así el beneficio previsto para el próximo trienio hasta en un 4%.

Y si hablamos ya de la libra, las últimas horas siguen siendo nefastas para la divisa. Frente a la caída que sufrió al conocerse el resultado, su bajada de cotización no cesa y se sitúa ya por debajo de 1.28 dólares, algo que no ocurría desde hacía más de 30 años.

Políticos que dimiten, incertidumbre, falta de hoja de ruta…son muchas las incógnitas que nos deparan los próximos meses y que, de no evitarse, seguirán sumando consecuencias a la decisión de las urnas.