Casi la mitad de los españoles prefiere no convivir con una persona con discapacidad intelectual

MADRID, 11 (SERVIMEDIA)

Casi la mitad de la población española preferiría no convivir con una persona con discapacidad intelectual y el 25%considera que «son peligrosas», según un estudio de la Cátedra UCM grupo 5 Contra el Estigma.

Bajo el título ‘El estigma en la Población Española. Una mirada hacia las personas con problemas de salud mental, sin hogar o con discapacidad intelectual’, el estudio analiza las opiniones en este sentido de representantes de estos tres colectivos (mediante entrevistas individuales y grupos de discusión junto a profesionales del sector) e incluye una encuesta cuantitativa a 2.775 personas de la población general.

Según sus resultados, más de un tercio de los encuestados prefiere mantenerse «a cierta distancia» de las personas con discapacidad intelectual.

En concreto, el 26% de la muestra manifestó una «intención de distancia social media» y el 10%, una «intención de distancia social elevada».

El resto de la población, el 64%, sí que estaría dispuesto a tener algún tipo de contacto con estas personas, aunque casi la mitad preferiría no convivir con ellos.

Al 34,5% no le gustaría mantener amistad con una persona con discapacidad intelectual y el 34,6% preferiría que sus hijos tampoco lo hicieran.

Esta intención de distancia social es menor entre los jóvenes, indica la investigación, que revela también un menor estigma entre las personas con mayor nivel de estudios, los voluntarios y aquellas que conviven de forma efectiva con personas con discapacidad.

También subraya que uno de cada cuatro entrevistados cree que estas personas son «peligrosas», las perciben con miedo, tienden a evitarlas y consideran que habría que «apartarlas de la sociedad».

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Como dato positivo, solo el 2,7% de la población se opondría a la instalación de recursos o servicios para estas personas en sus barrios.

PREJUICIOS Y DISCRIMINACIÓN

Por otro lado, destaca que todavía se emplean a menudo términos como deficientes, retrasados o disminuidos para referirse a estas personas, si bien su uso está en retroceso.

El 94% de la población opina que «existen actitudes discriminatorias dirigidas a las personas con discapacidad intelectual» y el 82% cree que esta condición no suele conllevar aspectos positivos.

Sin embargo, más del 80% asegura tener actitudes inclusivas medias-altas y mantiene expectativas positivas hacia este colectivo.

Según los autores, esto significa que un porcentaje muy alto de la población entiende que existe discriminación hacia las personas con discapacidad intelectual, pero no por su parte.