Save the Children lamenta que la UE sea «selectiva» en la acogida de refugiados en función de su país de origen

MADRID, 19 (SERVIMEDIA)

Save the Children censuró este lunes que la UE se permita el lujo de ser «selectiva» con los refugiados que acoge en su territorio, abriendo la puerta a «millones» de ucranianos que huyen de la invasión rusa de su país y mirando para otro lado ante los que «mueren o desaparecen» en el Mediterráneo.

Lo hizo en un comunicado emitido con motivo de la conmemoración mañana del Día Mundial de las Personas Refugiadas, una efeméride ante la que presentará su informe ‘¿Seguro para quién? Acogida selectiva en Europa a los niños y niñas desplazadas’, un trabajo que entre sus conclusiones incluye la petición de que la UE y sus países miembros basen su política migratoria siguiendo los criterios que han establecido con las personas procedentes de Ucrania.

La ONG subrayó que uno de cada 50 refugiados y migrantes muere o desaparece en las rutas mediterráneas hacia Europa; mientras que los niños y adolescentes «sufren violencia y condiciones inhumanas a su llegada».

En ese sentido, indicó que los países europeos y la UE han puesto de manifiesto que «estas muertes, violencia y el maltrato a la infancia son evitables», si se aplica la acogida dada a los chavales que han llegado procedentes de Ucrania en el último año.

Save the Children observó en su informe que más de 8.000 personas han muerto o desaparecido en las rutas mediterráneas hacia Europa desde 2019, el 20% de las cuales eran menores de edad.

En ese sentido, denunció que el 90% de los refugiados a los que se concede protección en los países europeos recurren a «rutas precarias» por tierra y por mar ante la ausencia de vías legales y seguras para llegar a Europa.

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Esto le permitió para atestiguar que la muerte de los menores que huyen y de sus familiares es «consecuencia directa de las duras y draconianas medidas de la UE y de sus países europeos, decididos a impedir que las personas refugiadas entren en su territorio, y a ‘hacer retroceder’ ilegalmente a quienes lo intentan».

La ONG expuso que más de ocho millones de personas procedentes de Ucrania han llegado a países de la UE desde el comienzo de la invasión rusa, el 40% de los cuales son menores de edad, que «se enfrentan a innumerables retos»; sin embargo, llamó la atención ante el hecho de que «no se han enfrentado a la violencia, ni han sido rechazadas, ni han tenido que recurrir a tratantes y traficantes de personas cuando huían de la violencia en su país».

Reseñó que «los gobiernos han hecho esfuerzos considerables para garantizar que las familias procedentes de Ucrania puedan acceder a alojamiento, educación y atención médica en virtud de la Directiva de Protección Temporal», que se activó por primera vez en marzo de 2022 para afrontar la llegada de refugiados procedentes de Ucrania.

Llamó la atención de que «casi el doble» de personas procedentes de Ucrania ha solicitado protección al albur de esta directoria que los que lo hicieron entre 2015 y 2016, cuando se produjo un fuerte aumento de las llegadas de refugiados, particularmente de Siria.

Jennifer Zuppiroli, especialista en infancia migrante de Save the Children, manifestó que «la respuesta a esa crisis fue discrecional en el mejor de los casos y cruel en el peor», ya que «introdujo y endureció medidas que siguen restringiendo la capacidad de los niños, niñas y adolescentes para solicitar asilo en la UE».

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Afirmó que «la acogida dispensada a las familias ucranianas demuestra que los países europeos pueden trabajar juntos para proteger a las niñas y los niños con traumas y en situación de vulnerabilidad que huyen de la guerra».

Save the Children alertó de que «las restricciones a la circulación significan que las niñas y los niños refugiados y sus familias tienen opciones limitadas para desplazarse entre países, incluso para reunirse con sus familias»; «también significa que deben solicitar asilo en un número restringido de lugares y que a menudo son, de hecho, detenidas y detenidos en condiciones infrahumanas o inhumanas».

Abundó en que «el hecho de que la reagrupación familiar pueda tardar muchos años en algunos países europeos aumenta el riesgo de trata y explotación de las y los menores de edad cuando intentan reunirse con sus familias por sus propios medios».

Ante el pacto sobre asilo y migración que está pergeñando la UE, Zuppiroli arguyó que Bruselas «tiene la oportunidad y la obligación de situar los derechos de la infancia en el centro de su actuación».

«Se deben extraer lecciones aprendidas de la respuesta que se ha puesto en marcha tras el estallido de la guerra en Ucrania y asegurarnos de que las medidas que han funcionado pueden ser mantenidas en el largo plazo para asegurar una respuesta a todos los demás niños y niñas que buscan protección y refugio en Europa y España», concluyó.