Jurídica internacional. Reconocimiento de la ley

La protección personal y la inmunidad diplomática de la jurisdicción penal siguen siendo uno de los problemas más problemáticos del derecho diplomático moderno. Dichos privilegios especiales han protegido durante largo tiempo a los representantes diplomáticos y otros funcionarios extranjeros de la interferencia con su libertad, que puede ser inherente al procedimiento penal, cuyo objetivo es la restricción de la libertad financiera o personal en aras del castigo o la disuasión. Sin embargo, la práctica cotidiana indica que tanto los estados como los agentes diplomáticos aún tienen problemas para interpretar las disposiciones pertinentes de la Convención de Viena sobre Inmunidad Diplomática.

Desafortunadamente, los diplomáticos son más propensos a aquellos que ocasionalmente tienden a malinterpretar el alcance de sus privilegios y por lo tanto hacen uso de ellos, para ser más precisos y correctos, abusar de su inviolabilidad e inmunidad. Dichos abusos todavía pueden ser tolerables por el estado que los recibe en nombre de garantizar el desempeño efectivo de las funciones diplomáticas, si estos abusos involucran simplemente delitos menores o delitos.

Los estados receptores y la comunidad internacional tienen que tolerar la inviolabilidad personal y la inmunidad diplomática en caso de delitos graves como el asesinato y la conspiración, así como los crímenes de guerra y los crímenes de lesa humanidad. El presente artículo pretende abordar estas cuestiones y examinar posibles soluciones a estos problemas y posibles soluciones contra los abusos del estatuto diplomático.

Informaciones generales
Las poblaciones han reconocido el estatus especial de los representantes extranjeros desde la vejez y por lo tanto, algunos de los principios fundamentales relacionados con dichos representantes, la inviolabilidad personal, son tan antiguos como las primeras civilizaciones. Desde entonces, el derecho diplomático se ha desarrollado continuamente y también ha cambiado, pero los principios vitales han sobrevivido a esa evolución.

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Actualmente, el derecho diplomático se ha convertido, en muchos aspectos, en una parte única del derecho internacional público. Una gran mayoría de los estados, si no todos, aplican sus pautas todos los días, ya que están en relaciones diplomáticas entre sí. Pero al tomar en consideración una aplicación tan extensa y amplia del derecho diplomático, es extraordinario saber cuán excepcionalmente alto es el nivel de obediencia a la ley entre los estados relevantes.