Belarra apuesta por adaptar la justicia a las necesidades de los niños víctimas de violencia sexual

MADRID, 10 (SERVIMEDIA)

La ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra, destacó este viernes la importancia de adaptar el sistema judicial a las necesidades de los niños víctimas de violencia sexual, ya que en muchas ocasiones han sufrido esta lacra por parte de sus padres, abuelos o profesores y «no podemos pedir que sean héroes» que denuncian a quienes han sido «un referente» en sus vidas.

Lo dijo durante su intervención en la inauguración de la conferencia ‘Barnahus en España’ que tuvo lugar en la sede del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030; una alocución en la que defendió que el modelo Barnahus (casa de los niños, en islandés) «va a cambiar la forma de abordar desde la justicia la manera en que atendemos a los niños que han sufrido violencia sexual»; «vamos a trabajar para que el modelo se adapte en España a cada uno de los contextos».

En ese sentido, reafirmó que la lucha contra esta violencia forma parte del «frontispicio» de la acción política del Ministerio de Derechos Sociales, una declaración de intenciones que le permitió subrayar la voluntad de su departamento de evitar que la justicia sea un «camino de espinas» para las víctimas.

Para tal fin, afirmó la necesidad de pergeñar un «cambio cultural que saque la violencia de la intimidad y del ámbito privado y que la coloque en el centro del debate público como el problema social que es». De este modo, a su juicio, se conseguirá «desterrar esas palabras que presiden la experiencia de los niños» víctimas de violencia sexual: «soledad, silencio, vergüenza, culpa», lo que ha de hacerse «desde lo público, poniendo recursos y ayudando a las víctimas para que sepan que no están solas».

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Tras reivindicar la Ley Integral de Protección a la Infancia y la Adolescencia frente a la Violencia (Lopivi), hizo una defensa a ultranza de la ley del ‘sólo sí es sí’, pero no desde una perspectiva política, sino desglosando los avances que contiene en la defensa de los menores que han sufrido violencia sexual, entre los que se encuentran el incremento de recursos para atenderles, la garantía de suministrarles información en todo momento durante el procedimiento judicial y el establecimiento de garantías contra la revictimización.

En resumen, esta ley «evita que los y las jóvenes agredidos sexualmente con 16 y 17 años tengan que demostrar que cerraron bien las piernas, se resistieron y tenían heridas».

En un momento en que existe una «ofensiva muy clara para tumbar estos derechos», afirmó Belarra en un tono más político, «vamos a defender la Lopivi y la ley del sí es sí, y vamos a proteger los derechos de los niños, niñas, adolescentes y mujeres en todo momento».

A su vez, Belarra se conjuró para aprovechar el modelo Barnahus con el propósito de «lograr que los menores encuentren una justicia amigable», puesto que, a su juicio, «la justicia juega uno los papeles más importantes» en este tipo de procedimientos, en los que se impone la necesidad de ser «empáticos», ya que los chavales denuncian a sus padres, abuelo, profesores, a personas que han sido «referentes» en sus vidas.

Por ello, «no podemos pedir que sean héroes» que a edades tempranas se levantan contra personas de su entorno, sino que lo que se impone es «adaptar el sistema de justicia a ellos y ellas, y no al revés».

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Esto le sirvió para transmitir un «mensaje de fondo» a los niños, para que tengan claro que «las instituciones, cuando lo pasan mal, cuando las cosas se ponen difícil, están a su lado»; en ese sentido, agradeció las experiencias que se han puesto en marcha en Tarragona, Canarias, Andalucía y el País Vasco, que demuestran que «estamos avanzando con paso firme» en la dirección correcta.

No obstante, Ione Belarra dejó claro que «habrá estándares y criterios comunes, mapas para dar mejor respuesta en cada territorio, formación a profesionales y campañas de difusión de estos procesos» para pasar de las palabras a los hechos.

A su juicio, la adaptación en España del modelo Barnahus sitúa al país «a la vanguardia» en el cumplimiento de la Convención sobre los Derechos del Niño de la ONU, del Convenio del Consejo de Europa para la Protección de los Niños contra la Explotación Sexual y el Abuso Sexual (Convenio de Lanzarote) y las directivas de la UE en esta materia.

Por último, manifestó que «no se puede tener miedo a reconocer que nuestra justicia es imperfecta y a la mínima ocasión simplemente dar marcha atrás a los derechos; todo lo contrario, reconocerlo es condición de posibilidad para lograr nuevos avances».

«No vamos a dudar y vamos a seguir trabajando y defendiendo todos los avances para todas las mujeres, niños, niñas y adolescentes. Juntas vamos a seguir trabajando para un país libre de violencias; un país donde los niños, niñas y adolescentes no tengan que ser héroes, sino, y no es poco, felices», concluyó.