Uniformes corporativos: por qué los pequeños detalles marcan la diferencia

Uniformes corporativos: por qué los pequeños detalles marcan la diferencia

Vemos uniformes corporativos en todas partes y damos por hecho que deben formar parte de la identidad corporativa de una marca o de una organización, pero ¿realmente conoces todo su potencial? Son una de las herramientas de comunicación visual más potentes que existen, y hay muchos más tipos de los que a priori tienes en la cabeza.

Los utilizamos en eventos, ferias o en el día a día de una oficina, porque se encargan de reforzar la percepción de marca e incluso de transmitir ciertos valores. Al final, la manera que una empresa tiene de diferenciarse de otra a simple vista (sin hablar de productos ni servicios) es por la imagen corporativa. Y los uniformes forman parte de esa coherencia visual, crean unidad y nos recuerdan que los pequeños detalles son importantes.

El poder de los detalles en la imagen de marca

Los detalles importan en todos los ámbitos de la vida, pero mucho más cuando hablamos de comunicación corporativa. Si sabes elegir bien tus accesorios y toda la estética que rodea a la firma, conseguirás reforzar el branding visual sin invertir demasiado. Y el uniforme es la prolongación de la identidad de una empresa. Por ejemplo, puedes personalizar tus lanyards con logo, pues generan coherencia y reconocimiento inmediato en cualquier contexto.

Funcionan también como señales visuales que identifican rápidamente al personal o a las personas vinculadas a una marca. Es útil sobre todo en ferias, congresos, puntos de venta o cualquier otro entorno profesional. De hecho, destacan de una manera elegante, sin llevarse todo el protagonismo, y proyecta cierta atención a los detalles.

Es más, sabemos de sobra que las empresas que se preocupan por este tipo de complementos consiguen transmitir una imagen de compromiso y excelencia. Y lo mejor es que lo hacen de una manera que no requiere grandes inversiones, pero tiene un alto retorno en términos de percepción de la marca y visibilidad.

Otros accesorios prácticos que también aportan valor

Además del uniforme o de los lanyards personalizados, hay otros accesorios que aportan valor y cumplen con todo lo que te acabamos de contar sin necesidad de que inviertas demasiado en ellos. Por ejemplo:

  • Pins o chapas corporativas que se colocan en la ropa o en mochilas.
  • Pulseras personalizadas para eventos, campañas promocionales o acciones solidarias.
  • Tarjeteros o fundas para acreditaciones que puedes utilizar con los lanyards personalizados.
  • Gorras o sombreros corporativos que protegen del sol en actividades al aire libre, y encajan muy bien con la estética del uniforme.
  • Tote bags personalizadas para el uso diario. Un truco: si le das prioridad a una frase o mensaje que quieras transmitir, triunfarás.
  • Cuadernos o carpetas corporativas, porque todos necesitamos tener a mano un bloc de notas en el trabajo o en eventos.

Los secretos del uniforme moderno

Lógicamente, el uniforme corporativo ha evolucionado mucho en los últimos años, como lo han hecho muchos otros aspectos de nuestro día a día. Además, es cierto que el mercado empresarial también ha crecido, que hay campañas de marketing muy buenas y que el verdadero reto en cualquier sector es ser capaz de diferenciarse.

Por eso, los uniformes aportan valor de marca, mejoran la percepción de los clientes sobre la organización y generan un sentimiento de pertenencia entre los trabajadores. Si un equipo se siente identificado con una marca, va a tener una mejor actitud y va a ser capaz de transmitir mucho mejor los valores de la organización a los clientes.

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