El Grupo Social ONCE pide mantener las subvenciones a empresas que contratan personas con discapacidad
– Eliminarlas «tendría un efecto negativo», advierte
MADRID, 27 (SERVIMEDIA)
La vicepresidenta de Igualdad, Recursos Humanos y Cultura Institucional e Inclusión Digital del Consejo General de la ONCE, Patricia Sanz, defendió este jueves la continuidad de las subvenciones a empresas que contratan personas con discapacidad y alertó del «efecto negativo» que la desaparición de dichas ayudas tendría para este colectivo.
Sanz realizó estas declaraciones durante su participación en la Conferencia Regional de Alto Nivel Mujeres por el Mediterráneo celebrada en Madrid, donde afirmó que, en efecto, dicha posibilidad se estaría «barajando en la actualidad» en el seno del Ejecutivo. A su juicio, «sería un error muy importante», ya que «muchos empresarios y empresarias dejarían de contratar» a personas con discapacidad.
En este sentido, indicó que muchas contrataciones no son «por pura solidaridad» y que, de hecho, tales subvenciones buscan que las empresas «se atrevan a dar una oportunidad» a los trabajadores con discapacidad, que tienen muchas más dificultades de acceso al mercado laboral.
«la viabilidad de futuro de muchas empresas y también del Grupo Social ONCE»,
Además, alertó, ello pondría en peligro «la viabilidad de futuro de muchas empresas y también del Grupo Social ONCE», cuya plantilla global está formada por un 59% de empleados con discapacidad.
INCLUSIÓN
Organizada por el Secretariado de la Unión por el Mediterráneo tras la reunión de las ministras responsables de Igualdad de los 42 países que forman parte de esta organización, la conferencia incluía varios paneles temáticos, uno de los cuales estuvo dedicado a la promoción de un mercado laboral inclusivo.
En este sentido, Patricia Sanz agradeció la oportunidad de «hablar de discapacidad en una mesa general, donde se defienden los derechos y la igualdad de oportunidades» de todas las mujeres.
«La discapacidad es una circunstancia que nos ocurre a 4,5 millones de personas en España», apuntó, pero que «rara vez se trata en una mesa general».
A su juicio, «todos los países de la región hemos avanzado mucho en la inclusión social y laboral» de estas personas, pero a pesar de ello «la igualdad de oportunidades sigue sin estar garantizada».
«Este es un trabajo diario en el que no podemos parar de hacer cosas, pues de lo contrario corremos el riesgo de involucionar e ir hacia atrás», advirtió.
BARRERAS
En su opinión, existen dos barreras fundamentales en la inclusión laboral de las personas con discapacidad y, en especial, de las mujeres: el acceso y la retribución.
Muchos empresarios «no se atreven a contratar mujeres con discapacidad» y de ahí la necesidad de leyes y de «acciones positivas para que nos den esa oportunidad».
A ello se suma la brecha salarial, agregó, que no tiene que ver con que «nos paguen menos por tener discapacidad, sino con para qué se nos contrata».
Según Sanz, la brecha salarial entre un hombre sin discapacidad y una mujer con discapacidad en España ronda los 8.000 euros brutos anuales.
Los años en los varones «suman y se consideran prueba de experiencia», explicó, por lo que «los hombres con más edad pueden optar a puestos mejores y, lógicamente, mejor pagados».
Esto no sucede así en el caso de las mujeres, donde los años «son un lastre», puntualizó. La peor parte se la llevan las mujeres que adquieren discapacidad sobrevenida, que encuentran muy difícil reintegrarse en el mercado laboral.
Añadió que otro aspecto a tener en cuenta «es la muy escasa presencia de mujeres» y sobre todo de mujeres con discapacidad, en trabajos de tipo industrial o tecnológico, que «suelen estar bien pagados».
Desde el Grupo Social ONCE se han puesto en marcha iniciativas para contrarrestar «estos sesgos sociales», así como programas que buscan promover la igualdad de oportunidades dentro de toda la organización.
Otros objetivos pasan por impulsar la presencia femenina entre los vendedores del Cupón, a fin de «tener visibilidad en las calles» y la contratación de víctimas de violencia de género con discapacidad. Encontrar un empleo «puede ser un paso definitivo para que las mujeres salgan» de estas situaciones de violencia, concluyó.
