El que más y el que menos habrá escuchado alguna vez ese proverbio chino que dice ‘una imagen vale más que mil palabras’, algo con lo que, sin duda, la mayoría están de acuerdo, a pesar de que no siempre la primera impresión sea la que debiera prevalecer y contradiciendo en esta ocasión el más que popular dicho ‘la primera impresión es la que cuenta’. “Las imágenes han sido desde siempre aliadas perfectas en sectores somo la moda, el arte y la arquitectura, la publicidad y un sinfín de campos más que no han hecho sino aumentar gracias al desarrollo de las nuevas tecnologías” comenta Gonzalo Bullón Fotografía.

Y es que, la mayoría de personas guarda en su retina una serie de imágenes que difícilmente serán capaces de olvidar jamás, ya sea por el enorme impacto visual que causó contemplar ese paisaje o momento, o bien porque esa imagen va acompañada de un enorme contenido emocional. Conservar en la memoria imágenes relacionadas con la familia es todo un clásico, el nacimiento de un hijo o nieto, así como los momentos culmen de su vida se convierten en las imágenes predilectas de unos más que orgullosos padres y abuelos.

“La fotografía es un arte que se materializa a través de una sola imagen. Este arte, que no todos son capaces de percibir y valorar por igual, se caracteriza fundamentalmente por ser capaz de captar una historia completa en una única imagen” indica Gonzalo Bullón Fotografía, que cuenta con una dilatada carrera a sus espaldas en lo que a contar historias a través de una única imagen se refiere.

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Y es que, en no pocas ocasiones muchos se han encontrado con que la memoria les ha jugado malas pasadas, y aquello que uno creía indeleble se va difuminando y acaba por desaparecer, algo que, además de tristeza, provocará contradicción en la mayoría al saberse desprovistos de sus bienes más preciados, sus recuerdos.

La fotografía es, sin duda, la mejor manera de garantizar que esos recuerdos únicos se mantendrán inalterables a lo largo de toda la vida, evitando de esta manera, las malas pasadas que pueda jugar la mente.