Times SquareYa se ha hablado largo y tendido sobre el marketing. Si los tiempos han cambiado y ha tenido que adaptarse a las nuevas tendencias de marketing online o si cada año las versiones cambian y hay que readaptar los planes y estrategias de comunicación y marketing dependiendo de los cambios algorítmicos no sólo de buscadores sino de redes es sólo una parte de lo que se vive en los departamentos de comunicación actuales.

Sin embargo, si hay algo que ha llegado y está funcionando lo suficientemente bien como para seguir desarrollándolo y apostando por ello es el llamado neuromarketing.

Pero, ¿en qué se basan las técnicas de neuromarketing? En unir dos conceptos de ciencias totalmente complementarias: llegar a la mente de los consumidores a través de la neurociencia y aplicarla al marketing.

No sólo estamos hablando de dar un paso más sino de conocer más lo que mueve al público objetivo y al tipo de público al que queremos llegar.

Hay que pensar una cosa: ¿cuánta publicidad ves al cabo del día? Demasiada. Y el problema es que posiblemente no seas consciente de ello. Porque es fácil que ni siquiera recuerdes un 20%. Salir a la calle es llenarse de impactos y estímulos publicitarios. Ya sean las marcas de los bolsos o ropa, pasando por marquesinas, anuncios en autobuses o incluso inconscientemente escuchando la radio, cada día recibimos una cantidad de información publicitaria brutal.

¿Qué es lo que se nos queda? Precisamente eso que nos interesa, que impacta sobre nuestro cerebro por original, por raro, por no ser habitual. Ya sea el producto en sí, el mensaje, el formato…todo vale para sorprender y provocar la reacción. Y eso es precisamente lo que la neurociencia tiene que aportar a la forma de hacer marketing actualmente.

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Las redes sociales estimulan la comunicación de audiencias que, o bien por amistad o bien por intereses comunes, impactan sobre nuestro día a día. Llegar hasta ellos es básico si queremos que el futuro publicitario de verdad sea capaz de calar.

Pensemos de nuevo en cuáles son los estímulos que nos llevan a comprar algo por impulso, sin ser reflexivo. Esa es la clave de lo que está por llevar. Si finalmente el neuromarketing termina de seguir su desarrollo, se basará en esa tecla que mueve al público.

Como siempre, el público cada vez es más heterogéneo y el marketing digital ha ido haciendo un gran camino en este sentido durante el último año para conseguir ir sacando partido a todo el big data que existe y que, bien gestionado, sería capaz de segmentar las audiencias de una forma tan efectiva como nunca se ha visto.

Tal como cuentan expertos en sus blogs, como es el caso de los artículos de Neil Patel, conocer las características especiales de las redes sociales para entender lo que demanda cada uno de sus usuarios en ellas es básico para conseguir que la inversión en marketing digital a través de las distintas campañas que se pueden poner en marcha sean, de verdad, efectivas para un empresario que, por desconocimiento, no termina de entender muy bien por qué debe apostar por encontrarse ahí con un público etéreo.

Las campañas de posicionamiento o incluso de Google Ads son básicas para que quien nos busca no tarde en encontrarnos, pero sobre todo para todo el que, aproximándose, encuentre en nuestra oferta lo que realmente demandaba.

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Sin duda estos próximos años veremos cómo se va desarrollando el neuromarketing en los planes generales de las compañías, pero, sobre todo, está por llegar una revolución al marketing online en el que de nuevo la mente pasará a un primer plano si se quiere triunfar.