Branding y patrocinios en los Juegos Olímpicos

Si hay, cada cuatro años, un acontecimiento mundial que gana cada vez más seguidores y que gracias a las nuevas formas de comunicación, cada vez tiene más repercusión, esos son los Juegos Olímpicos.

Y como tal, con valores como la excelencia, el fair play y la solidaridad, no son pocas las marcas que aspiran a tener un espacio en las pantallas de millones de personas en todo el planeta a través de los patrocinios directos o de los indirectos a través de los participantes en los juegos.

Sin embargo, no ha sido raro tampoco ver, hasta ahora, a grandes deportistas que tenían firmado un acuerdo con una marca concreta y tenían que velar el nombre de otras que llevaban en la equipación. Es el caso de muchos que, pese a llevar a Nike, la marca no podía proveer las mejores zapatillas, y en realidad llevaban unas Adidas camufladas bajo una tela con el logo de la primera.

Sorprendente cuanto menos, pero hay que tener en cuenta que para los directores de marketing es el momento perfecto para que todo el público objetivo que sigue las pruebas de los JJOO.

Hasta ahora, el COI, cuyos ingresos en publicidad ascienden a casi el 40%, tenía unas claras limitaciones publicitarias para todas aquellas empresas que ponían su logo junto a la palabra olimpiada, algo que pasará a la historia a partir del próximo Tokio 2020.

De hecho, hay una norma que prohibía a los atletas poder lucir alguna marca que no fuera la que oficialmente se había convertido en esponsor de los juegos. Se trataba de la rule40.com, que hacía a muchos tener que prescindir de suculentos contratos publicitarios en el marco de las pruebas más importantes que luego les servían de colchón para la preparación durante el resto del año.

Parece que esto cambiará, que los próximos juegos por fin podrán tener un estilo y política de marketing y publicidad muy diferentes y libres. Algo que beneficiará a todos, y sobre todo a nuevas marcas que podrán monetizar y conseguir una repercusión que, hasta ahora, era inviable.